lunes, 7 de enero de 2008

Los 7 mandamientos para cuando llega un cachorro a casa

Sin darse cuenta, las personas son las que a veces echan a perder las enseñanzas que la perra entregó a sus crías.

Por María Paz Carvajal

Seguramente, a más de algún papá ya se le ablandó el corazón y para esta Navidad tiene pensado llegar con un lindo cachorro envuelto en cinta de regalo.

Sin embargo, para que la sorpresa no se vuelva ingrata con el tiempo, la médico veterinaria especialista en comportamiento animal (etología) Maricarmen Barba, elaboró una guía de recomendaciones básicas para la familia.

Lo primero, por ejemplo, pasa por no permitirles jugar a que nos muerdan las manos, ya que así se motiva la típica dinámica canina de que "quien muerde más fuerte gana".

Cuando lo intente -aclara la veterinaria-, "lo mejor es pasarle un juguete que pueda mascar, para que entienda que nuestras manos sólo permiten ser lamidas amistosamente".También hay que tener presente que la perra no le permite mamar al cachorro cada vez que desea y que en ocasiones lo deja llorar para que aprenda a frustrarse. Sin saberlo, las personas echan por tierra esa lección teniéndole el plato al cachorro siempre lleno, acurrucándolo todo el día y dándole de comer sólo lo que le gusta.

El epílogo: un can caprichoso que termina haciendo todo tipo de maldades y hasta mordiendo si lo reprenden.Otra clave es fomentarle la interacción con otros animales (evitar los paseos por el parque; permitir contacto con mascotas vacunadas y desparasitadas). "En este período, además, debe aprender a reconocer diferentes tipos de 'humanos': niños, embarazadas, ancianos, hombres altos, con barba, etc. Lo que no vieron de cachorro, les puede parecer amenazador de adulto".Si la idea es que el perro duerma en su espacio, entonces olvídese de dejarlo pasar las primeras noches en las camas. Si se desea compartir la habitación con la mascota, tampoco ceda a sus ruegos: cuando llore para subirse, acarícielo y juegue con él antes de hacerlo para que sienta que la decisión fue del amo y no de él.

Sus necesidades biológicas es otro gran tema.La especialista en comportamiento animal sugiere que cada vez que el cachorro despierte o se alimente hay que acercarlo al sector destinado como baño, pues es probable que defeque u orine a los pocos minutos. Al igual que si se le ve olfateando con mucho interés un lugar y dándose algunas vueltas. No hay que castigarlo ni frotar su nariz en sus desechos, sino más bien jugar con él después de que haya evacuado en la zona apropiada.Además, debe disponer de sus juguetes propios y cambiárselos cada cierto tiempo para que vuelva a motivarse. Jamás pasarle zapatos o ropa vieja, pues después no sabrá discriminar entre sus pertenencias y las del dueño.

Cuidado también con artículos como bolitas, joyas, globos y todo lo que sea factible de ser tragado, pues al mínimo descuido lo hará. Una opción es comprar juguetes que se rellenan con alimento o, en la versión económica, darles una botella desechable sin tapa y con pellets en su interior. Buena entretención.Pero atención, no todas las enseñanzas son para las mascotas, dice la etóloga. Los niños deben saber que los cachorros no son juguetes y que hay que tratarlos con respeto. "Las experiencias traumáticas pueden desociabilizar a un animalito y transformarlo en un ser agresivo y/o temeroso".ASESORÍACON 2 MESES de vida, la conducta de un cachorro ya puede ser guiada por un adiestrador, pero el amo también debe participar de las clases.

EN INTERNETMás sobre etología en:www.mmilani.com/

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